Un día como hoy hace 103 años miles de obreros, trabajadores de la pampa y sus familias que habían bajado a la ciudad de Iquique dentro de la conocida huelga de los “18 peñiques”, fueron reprimidos por el ejercito Chileno en un acto de defensa de los intereses empresariales en la Pampa calichera. Se estiman en miles los muertos y muertas ese fatídico día 21 de Diciembre, donde las tropas al mando del Coronel de Ejercito Roberto Silva Renard, abrieron fuego sobre personas desarmadas que solo ponían sobre la mesa demandas de dignidad y justicia que nunca fueron atendidas en el contexto explotador de la actividad salitrera. Es importante no olvidar esta fecha, y entenderla no solo como una muestra de la brutalidad del ser humano. No solo es un hecho histórico, sino parte de nuestro cotidiano. Donde miles de trabajadores son día a día reprimidos por los aparatos del estado cada vez que se plantean demandas de dignidad y derecho. La matanza de la Escuela Santa María es una muestra de que la necesidad de mantener el poder económico, prescinde de los trabajadores y sus familias. Es la muestra de que a principios del siglo XX o en pleno siglo XXI, las problemáticas de los más desposeídos no cambian y que a cualquier atisbo de rebeldía, aparecerán las instituciones armadas a proteger el interés capital bajo excusas de orden y seguridad. Antes fueron fichas, hoy son las tarjetas de crédito, pero seguimos viendo a los trabajadores viviendo con sus familias en condiciones miserables. Tal como en 1914 Antonio Ramón Ramón cobró venganza por la muerte de su hermano, ante el coronel asesino. Hoy 103 años después de la muerte de nuestros hermanos y hermanas trabajadores, se les rinde un homenaje, se les recuerda y se valora su lucha en nuestra lucha diaria, por los derechos de los trabajadores y la clase trabajadora. En el derecho a la dignidad y la vida justa. En la memoria de cada uno de nosotros un espacio para los asesinados en la Escuela Santa María de Iquique.